
Jorge Giaveno y la eclosión cultural de San Francisco a partir de 1966
LOS CIMIENTOS
Introducción
Allá lejos, Jorge C. Giaveno, responsable del área Cultura del municipio, tuvo la amabilidad de formular al autor una extensa declaración sobre las ideas que sustentaban su gestión, efectuando a la vez un balance de gestión. Vuelvo sobre el particular cuando estamos próximos al medio siglo del inicio de esa importante etapa para el espíritu lugareño. Fallecido recientemente el protagonista, su esposa tuvo la gentileza de permitirme acceder a su archivo, donde pude reconstruir, a través del cuarto poder, buena parte de la proficua tarea realizada, confianza que públicamente agradezco. Mis amigos del Archivo Gráfico coadyuvaron facilitándome la oportunidad de compulsar los testimonios periodísticos que puntillosamente se resguardaron desde la comuna. He completado el panorama con el rescate de quienes fueron los verdaderos motores de cada una de las iniciativas, el rostro humano que impulsó un San Francisco diferente.
1
La circunstancia
Los golpes de estado en el país fueron una endemia y el que derrocó a Illia a mediados de 1966 no fue la excepción. Todos (izquierda, derecha, centro, los medios de comunicación social) estuvieron contra el gobierno, nadie salió en su defensa.
Una encuesta en el Gran Buenos Aires, días después del golpe, reveló que el 66% de los encuestados lo aprobaba y sólo el 6% lo rechazaba.
La historia trae sorpresas y de allí el encanto de la musa Clío. El general Julio Alsogaray sacó con la policía y a los empujones al Presidente constitucional de la Nación. De nada valió que Íllia afirmara reiteradamente que cuando contaran el suceso a sus hijos sentirían vergüenza.
Antes, en 1964, estando dicho militar al frente de la Gendarmería, desbarató el primer intento izquierdista de guerrilla rural que encabezó Jorge Masetti, el “comandante Segundo”. En represalia el ERP intentó secuestrarlo pero fracasó.
Después, en 1976, volvió al norte del país para que sus camaradas de armas certificaran que su hijo Juan Carlos, incorporado a Montoneros, había sido abatido en el Operativo Independencia. Brindó certeza su par Antonio Bussi, responsable de la represión en la zona.
Otra muestra. Cuando las Fuerzas Armadas decidieron expulsar al primer magistrado, el ejecutor de las órdenes de Alsogaray fue el Coronel Luis Cesar Perlinger, uno de los escasos protagonistas que tiempo después hizo público acto de contrición, lo que llegó tarde porque las consecuencias fueron irreparables. En verdad, cuando alguien en el país pide perdón y reconoce haberse equivocado, es un caso para los Guinness.
Finalmente, Don Arturo salió de la Rosada y pidió un taxi para ir a casa de su hermano en Martínez. No tenía vehículo. Tampoco casa, la única que poseyó en su vida se la regaló la gente de Cruz del Eje, por su labor como médico rural.
En Córdoba, el jefe militar, Gustavo Martínez Zuviría, hijo del célebre”Hugo Wast”, hizo lo propio con el vice gobernador Hugo Leonelli, la diferencia estribó en que dos soldados levantaron en vilo a éste y prácticamente lo arrojaron al exterior.
Por el pago chico no podía pasar otra cosa, aunque todo culminó más elegantemente con la renuncia a la intendencia de otro médico radical, José Aldo Ferrero.
Ahora con el “diario del lunes” como acostumbran decir los futboleros, todos nos unimos en el “Yo pecador…”.
Lo “fuimos” al lento y antiguo. Vinieron los rápidos y modernos. También furiosos.
Al Palacio Tampieri, recién adquirido por su antecesor, arribó el industrial Antonio Lamberghini, luego de un interinato del capitán Mohr.
¿Cómo se constituía la población de San Francisco en ese entonces?
Según informe comunal y efectuando un desdoblamiento por actividades existían 793 personas afectadas al ámbito agropecuario, 6.898 al industrial, 8.859 a comercio y servicios.
El ámbito ocupacional ascendía a 16.360 personas, eran 900 los desocupados, había 10.729 amas de casa, 8.523 estudiantes, 4.837 menores a cargo, 1.858 jubilados, 328 rentistas y 829 habitantes en “otras condiciones”.
Ingresando en el área ¿Qué existía en la ciudad en materia cultural?
Las acciones en ese ámbito eran protagonizadas fundamentalmente por la Asociación Amigos del Arte (ciclo de Adolfo Cometto iniciado en agosto de 1955 según acta 39 de Amigos del Arte).
Algunos artistas internacionales, que configuraron la “edad de oro” de la gran música – tronchada por su muerte en 1968- son los siguientes:
Pianistas: Karl Schnabel, Antonio De Racco, Witold Malcuzinsky, Andor Földes, Walter Klien, Abbey Simon, Flora Nudelman, Alfred Brendel, Claude Helfter, Rodolfo Caracciolo, Pía Sebastiani, Silvia Kersenbaum.
Violinistas: Igor Oistraj, Ruggiero Ricci, Ana y Nicolás Chumachenko, Pedro Napolitano.
Danza: Ballet del Teatro Colón de Buenos Aires (en tres oportunidades), Nora Irinova, Olga Ferri y Enrique Lomi, Joaquín Pérez Fernández y Mercedes Baptista.
Grupos de cámara y otros solistas: Bandoneonista Alejandro Barletta, Los “Jubilee Singers”, Eduardo Falú, Arpista Nicanor Zabaleta, Octeto de la Orquesta Filarmónica de Berlín, Orquesta de Arcos de Milán, Los “Solistas de Zagreb”, Cuarteto de Berlín, Guitarrista Esteban de Sanlúcar, Ensamble Barroque de París, Flautista Jean Pierre Rampal.
Música vocal: Coro de Resistencia (Chaco), Ópera “El Barbero de Sevilla” con cantantes del Teatro Colón, Orfeón Infantil Mejicano, Niños Cantores de Viena, del Cáucaso y de Murialdo, Fray José Guadalupe Mojica.
Teatro: Luis Arata, Berta Singerman, Pepita Serrador, Pedro López Lagar, Compañía Española de Comedia.
Todo ello sin apoyo oficial. ¡Qué rápido decirlo y cuánto esfuerzo invalorable!
Aportaba fuerte presencia el Centro Cultural, luego también Biblioteca Popular.
En su accionar se distinguen claramente las dos etapas de la entidad. Primero la institucional, que se inició en 1926 y la presidió Pedro Pierini, que se complementó años más tarde al hacerse cargo de la biblioteca municipal y tornarla pública. Al parecer algunos Lores Mayores nunca tuvieron demasiado interés por los libros, ya que los terminaron regalando.
Careciendo de inmueble propio, habían alquilado el salón de la Sociedad Italiana. Durante la intendencia del médico y escritor Eugenio Savino le fue donado un terreno en una manzana conflictiva, antaño la antigua laguna Iturraspe, que con cañerías subterráneas abastecía al Molino “San Francisco”, a la que todos obviamente le escapaban, no obstante su céntrica ubicación.
La dura porfía por la sede culminó con su inauguración el 22 de noviembre de 1970, cuando el presidente era Antonio Barei.
Felipe Castillo, Mario Pavesio y Jorge Dotti, los “pibes” sobrevivientes contaron allí sus remembranzas, de cuando lanzaron a los cuatro vientos su revista “Más allá” y algunos de sus columnistas eran Arturo Orgaz y Alfredo Palacios, o aquellos recordados Juegos Florales del Cincuentenario que auspiciaron junto a las Damas de Beneficencia y las temporadas teatrales que impulsaron los maestros Bautista Garrone y Genoveva Gallipoli.
No todas eran flores, el tábano de la prensa advertía que los protagonistas de una ciudad rica no donaban lo suficiente para que la institución de todos pudiera comprar libros o generar iniciativas y donde existían tantos maestros y profesores pocos de ellos eran socios. Quizás se contentaban con el manual o la asturiana Corín Tellado y/o la celebérrima Petrona, máxima vendedora nacional. Sarmiento, propulsor de las Bibliotecas Populares, miraba cada vez con mayor enojo.
Por su parte la Banda Municipal, el elenco oficial más antiguo, databa de principios del 1900 y estaba con la batuta del maestro Alfredo Goirán. Sobre el fecundo trabajo realizado habló precedentemente su vecino y director. Los integrantes reforzaban su escuálido haber de entonces con bailes y kermeses, ya que aún había mucha música en vivo.
Me remito a las palabras del ex funcionario con relación a la Academia, indiscutido faro cultural.
Y el hacedor…
Jorge Carlos Giaveno nació en Porteña el 29 de abril de 1933, en el hogar que formaban Esteban Giaveno – de Brinkmann- y Magdalena Vignolo – de Porteña- hija de Francisco Vignolo, primer intendente de esta localidad entre 1926 y 1928.
Desde 1936 residió en San Francisco, realizando estudios primarios en las escuelas Láinez 270, hoy Río Negro e Hipólito Yrigoyen. Los secundarios los hizo en el Liceo Militar General Paz, egresando, con honores, como subteniente de reserva y bachiller de la Promoción III 1951.
A partir del año siguiente cursó hasta quinto año de abogacía en la UNC. Su esposa recordó que le faltaba una materia para ser escribano, pero decidió que no era lo suyo.
Incursionó por las actividades comerciales. En sus inicios era cerealista como su padre, siendo dirigente gremial empresario en el Centro Comercial, Industrial y de la Propiedad durante más de un cuarto de siglo, comenzando a partir de la presidencia de Juan Lamberghini. En la Sociedad Rural fue Coordinador Institucional y estuvo al frente de A.C.A.R.A. Asociación de Comerciantes de Automotores de la República Argentina, integrando además el consejo nacional de la entidad.
Actuó en el Rotary Club, que encabezó en el período 1976-1977, después de Eduardo Peretti y antes de Rafael Macchieraldo. También registró su presencia el 20 de marzo de 1978 en el núcleo fundador de Amigos del Bien. Lideró las comisiones de cultura del Sport A.C. y del Jockey Club.
Convocado por el comisionado Antonio Lamberghini se desempeñó como promotor y organizador de la Dirección Municipal de Cultura desde abril de 1967 hasta el 1 de marzo de 1973, primero ad honores, según resolución 186-79/67 y luego como Director de Segunda, a partir del 1 de marzo de 1968, como lo dispuso el decreto 494-91/68.
En Diciembre de 1970, ante la renuncia del abogado Adolfo Kuznitzky, se lo requirió nuevamente hasta marzo de 1973, mientras estuvo en curso la administración de facto de Guillermo Peretti.
Fue referente del sector en las gestiones del capitán Carlos Dittrich y Antonio Lamberghini (en su segunda etapa) como Coordinador de la Comisión Honoraria de Acción Cultural desde junio de 1978 hasta abril de 1979 y el 7 de mayo de ese año se lo contrató como Jefe del Departamento de Acción Cultural hasta fines de Diciembre de 1979, por decreto 1858-345345/79.
Ejerció como Director Municipal de Cultura de enero de 1980 a diciembre de 1983(decreto 2759-202/80).
El hombre de letras
En 1959 la Comisión Municipal de Cultura lo distinguió con medalla de plata por el ensayo sobre el tema “Los inmigrantes”.
Tres años después obtuvo el primer premio en poesía, verso libre, en el certamen literario Bodas de Oro de la Escuela Normal.
En 1964 editó su libro “Testimonio de esperanza” explicitando:
“Sé que tengo que decir todo esto.
No pretendo que sea sólo mío.
Ha pasado por mí.
Puede ser que alguien más lo haya sentido.
Vivencias renacidas
en palabras sin tiempo ni dueño.
Pero con destino.
Los poemas hallan siempre su destino.”
Fue coautor de: “El certificado de participación inmobiliaria como título de inversión productiva” junto a Juan Carlos Agulla, María Teresa Sünger y J. Roberto Esteva Ruiz, para la Biblioteca de ensayos sociológicos, Cuadernos de sociología, que editó el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba en 1964.
Para la revista “Nosotros” del Coro Polifónico publicó en 1969:
“En el último mes del lunario
noveno
en la esperanza germinada
como un ruego que crece internamente
el canto
se hace espera simultánea.
Tiene pocas palabras.
Está en la mirada y en las manos
y en la honda claridad
de las mañanas.
En el último mes del lunario,
noveno
en la esperanza germinada,
siento que el canto, y lo digo simplemente,
el canto está en la cuna que preparas.”
El 2008 en la Antología “Horizontes Poéticos” se incluyeron:
RESERVA
En la alta mañana
subyugada de sol
guardaré silencio.
Seguiré callando en la tarde,
invadida por sombras penetrantes
y tal vez en la noche,
intuyendo el eco de algún sueño
ensayaré la palabra.
La retendré un instante entre los labios,
dejaré se me dibuje en la mirada
y tendrá una vibración inacabable.
Pero no temas,
no voy a pronunciarla,
seguirá inquietando estos poemas,
sin urgencias de tiempos
ni distancias,
en vigilia de luz para mi alma.
SEÑOR DE LA ESPERANZA
Aunque creí alejarme
te encuentro a cada paso, Señor,
y siento que me esperas,
cuando tuve conciencia de Ti
no alcanzaba todavía a comprenderte.
Creí que tu justicia
se agotaba en castigos merecidos
y sentía temor,
quizás porque ignoraba
la gracia fértil de las conversaciones.
Me diste todo lo que debí tener,
más perdí muchas cosas
creyendo que me las quitabas,
cuando realmente no había merecido conservarlas.
Ahora comprendo
que debo mirar hacia delante,
dispuesto a darme
como Tú lo enseñas,
porque la paz, que todos anhelamos
no está en la pretensión
sino en la ofrenda.
Gracias te doy por mis viejas y nuevas esperanzas,
porque te encuentro,
a pesar de todo
y porque pese a todo aún me esperas.
En ocasión del certamen literario por el Centenario de la ciudad, cuyos premios donó el diputado nacional Mariano Planells, obtuvo una de las menciones. El trabajo se reprodujo en la Voz de San Justo del 26-09-86.
El grupo familiar lo constituyeron su esposa Lucy Matilde Gros y sus hijos Luciana María, Jorge Esteban y Eduardo Antonio. Más adelante llegaron los hijos políticos Carlos Ignacio Picco, Analía Mansilla y Mariana del Valle Dellarossa y finalmente los nietos, Julia y Laura, Paula, Esteban y Juan, Germán, Martín y Camila. Sus hermanas fueron Ana María y Graciela.
Tuvo su hogar en Córdoba 51 Ed .Reggio 3 D, aunque su morada tradicional era en Cabrera 2292. Una curiosidad, a escasa distancia de allí vivió José Alberto Navarro y lo hace Nora Norma Marlatto, que le sucedieron en su tarea oficial durante administraciones posteriores.
Hincha de Boca, integrante de la Peña del 33, no estuvo afiliado a ningún partido político. Percibía una jubilación nacional mínima.
Falleció el 5 de octubre de 2014.
2
Estrategia
“Lamberghini (Antonio) advierte que el aspecto cultural era un ámbito que no se estaba desarrollando orgánicamente.
Este intendente crea el cargo de Director de Cultura, dependiente del Departamento Ejecutivo.
Es nombrado el Sr. Giaveno (Jorge Carlos) en ese cargo en abril de 1967.
Las facultades del Director de Cultura establecen: “Programará y ejecutará el elemento de enlace del Departamento Ejecutivo Municipal, la Comisión de Cultura y las instituciones de la ciudad que se preocupan del quehacer cultural. Armonizará la acción cultural con la Dirección Provincial de Cultura, el Centro Regional de Extensión de Cultura y otros organismos de orden cultural, ya sean municipales, provinciales, nacionales o privados. Realizará la fiscalización de todas las actividades culturales que se realicen en la ciudad. Tendrá a su cargo toda actividad vinculada con las funciones específicas”.
En función de apoyo a este organismo, merece especial mención lo que se llamó el Congreso Permanente de Delegados Culturales de las Municipalidades de Córdoba. Ese fue un organismo que se formó por inspiración de comunidades del interior donde ya estaban organizadas las direcciones de cultura y vieron la conveniencia y necesidad de que ese sistema de contar con direcciones de cultura se extendiera a todas las localidades de la provincia.
Entonces se promueve el Primer Congreso que se realiza en Alta Gracia y como recomendación principal del Congreso sale el pedido de lo que antes se llamaba Dirección de Municipalidades y ahora es Secretaría de Asuntos Municipales, para que elaboren una recomendación a los intendentes propiciando la creación de Direcciones de Cultura.
El objetivo principal de esa creación era tratar de establecer las bases para la formación de una cultura artística popular y promover todos los procesos de formación cultural que estaban demandando en ese momento las comunidades de Córdoba, como una apetencia que no podía ser postergada.
Tuvimos la suerte en ese mismo año de ser sede del Tercer Congreso de Delegados Culturales. Entonces recibimos todo el apoyo y toda la experiencia de gente que ya venía trabajando en el movimiento de acción cultural.
Paralelamente se realiza el Segundo Curso para la formación de Promotores del Desarrollo de la Comunidad, curso organizado por el Departamento de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de Córdoba que tuvo 120 horas de duración y que fue, entiendo yo, una capacitación de muy buen nivel que nos permitió ir adquiriendo metodologías, técnicas, los manejos más adecuados para desarrollar temas de todo tipo.
Como resultado de ese curso se creó el IRPAC (Instituto Regional para la Promoción del Autodesarrollo de la Comunidad), que presidiera Dante Giussano. Uno de los trabajos de ese instituto justamente con la Comisión Municipal de Desarrollo, fue la erradicación de la villa miseria que había en Barrio Parque, la urbanización de toda esa zona y la creación allí de la Guardería Municipal y lo que se llamó la Misión Monotécnica, donde actualmente funciona el Instituto Municipal de Apoyo Maestro Aguirre y donde se instalaron los talleres sociales de cultura que auspicia la Secretaría de Estado de Promoción y Asistencia Social.
Paralelamente a todo eso siguió actuando una Comisión Municipal de Cultura que ya existía, formada por vecinos que acreditaban inquietudes por el quehacer cultural, pero por tratarse de una comisión que no tenía recursos presupuestarios no tenía medios para desarrollar iniciativas y una de las viejas aspiraciones de esa comisión era la creación de un Coro Polifónico, pero nunca había tenido la oportunidad de concretarla por no tener un elemento ejecutivo dentro de la comisión que llevara adelante el proyecto.
Antonio Lamberghini era un hombre muy expeditivo, toma enseguida esta inquietud de la comisión Pro Coro y como primera tarea como Director de Cultura me encarga viajar a Córdoba y ponerme en contacto con el maestro Perini (Mario) ya para concretar las condiciones de su aporte a San Francisco. Él nos dice que en ese momento por problemas particulares de trabajo no podía encargarse pero avalaba ampliamente a una persona que se había formado con él, el maestro Jorge Kohout, que lo mandaría a conversar y se ofrecía a colaborar en las primeras tareas de formación de un coro, ayudando a Kohout.
Vino Kohout, se llegó a un acuerdo y Perini llegó también a hacer las pruebas de voces y el coro se puso en marcha más o menos en junio de 1967 y en septiembre hizo su primera presentación pública.
Era un coro numeroso, de cien voces, integrado por gente de las más diversas actividades, interesante, no tanto como organismo artístico sino como factor de integración social. A partir de ese momento se va marcando una línea que se va desarrollando y perfeccionando a través del tiempo.
Al año siguiente manifiesta Jorge Kohout que no podía seguir haciéndose cargo de la dirección y se moviliza la comisión del coro que había participado activamente en el desarrollo de éste y se vincula con gente de Santa Fe que sugiere el nombre de Rubén Guarnaschelli. Se llega a un acuerdo con él y en el año 1968 Guarnaschelli pasa a ser director del Coro. Al poco tiempo de esto, Lamberghini recibe un llamado de Kohout diciendo que ahora podría hacerse cargo, pero como estaba ya contratado el nuevo director, es que surge la idea, en virtud de anteriores experiencias de Kohout, de crear un Coro de Niños.
Esto también se concreta y el 9 de septiembre de 1968 se presenta el Coro de Niños Cantores de San Francisco, dirigidos por Jorge Kohout.
En el mismo año en que se crea el coro de niños también surge la idea de la creación de una Escuela de Folklore.
Se pone al frente de la misma a Norma Navarro, con gran capacidad y experiencia en estas danzas y así se pone en movimiento la Escuela Municipal de Danzas Folklóricas.
También ese año marca la fundación del Museo Histórico Regional y de la Biblioteca Pública Municipal que se instalan en el subsuelo del Palacio.
Acopian elementos y se adquieren las primeras colecciones de libros con la idea de ir integrando esos dos organismos.
Paralelamente se hacen adquisiciones de algunas obras pictóricas con destino al Museo de Artes Visuales que también se incorporaría a ese complejo de actividades culturales.
En 1969 por una solicitud del Coro Polifónico se considera la posibilidad de crear una Escuela de Canto, surge como una necesidad de apoyo indispensable para lograr una mejor vocalización de sus miembros. Se contrata al maestro Pramasio Muñoz y se crea en 1969 la Escuela Municipal de Canto, que no solamente capacitó a los integrantes del coro sino también a solistas y quienes estuvieran en condiciones de ofrecer conciertos y audiciones que en su momento tuvieron mucha relevancia. Por iniciativa de Muñoz se crea un Conjunto Infantil de Percusión sobre la base de chicos que formaron parte del coro de niños y que demostraron inquietud por la música. Ese conjunto anduvo muy bien y dio lugar más tarde a un Conjunto Instrumental Juvenil agregando otros instrumentos y fue la base de una pequeña orquesta.
Desde 1970 se desarrolla la idea de formar un Taller de Formación Estética Infantil en base al títere. Se contrata a Di Mauro (Héctor) que desarrolla un curso de formación de maestro titiritero y como consecuencia de ese curso nace el Taller de Formación Estética Infantil. De ese taller surge el teatrillo de títeres “El barrilete” de trayectoria importante como núcleo de una actividad semi profesional.
En 1971 se manifiesta la inquietud por actividades teatrales. Se pide el asesoramiento de Filippelli (Eugenio), que había sido director iniciador de la Comedia Cordobesa, Da Passano (Camilo), figura importante del teatro argentino viene a dar conferencias de teatro, muy ilustrativas y se trae el aporte de algunos teatros independientes. Se solicita la colaboración del director Ángel Franco que hace algunas presentaciones en el Sport A.C. Todo ello con la finalidad de crear ambiente y para que con el asesoramiento de esta gente, se intente a nivel municipal la creación de un grupo de teatro. Este grupo llega a presentar en 1972 la obra de Roberto Cossa “Nuestro Fin de Semana” en el cine teatro Mayo. En esa obra trabajaron Emilia Donda, Héctor Solís, Rafael Palomeque, Oscar Bracamonte, Humberto Torres, todos nombres que estuvieron ligados a actividades teatrales.
Otra iniciativa que puede destacarse fue de tramitar aquí en San Francisco una filial del Conservatorio Provincial de Música. Su creación se concreta en 1969. En un principio se inicia con cátedras de piano y guitarra y con idea de incluir luego violín, pero no se detectó en el medio ese tipo de inquietudes por lo que dicha cátedra se posterga indefinidamente. No así la de canto que ya se está desarrollando. Este conservatorio, luego de 10 años de existencia goza en San Francisco y zona de gran prestigio. Fue desde un principio Conservatorio Provincial pero por un convenio la municipalidad aportó muebles, local, instrumentos, personal de maestranza. Cuando se amplían los cursos y el local resulta insuficiente, la municipalidad también se preocupa por buscarle otro edificio y le cede el local que hasta ese momento ocupaba la Academia de Bellas Artes al que se le hicieron algunos arreglos y se trasladó la Academia de Bellas Artes al subsuelo donde funcionaba la Dirección de Cultura. El Conservatorio funcionó 3 o 4 años en el local de la Academia hasta que la provincia alquiló otro local y así se determinó la independencia total de ese establecimiento. En su primera etapa de desarrollo tuvo un apoyo muy importante de la municipalidad.
Los dos elencos más antiguos fueron la Banda de Música, creada a principios de siglo y que contó entre sus directores a personas muy importantes en el ámbito nacional como Clemente (Joaquín), Capello (Gerónimo) y actualmente es dirigida por Eduardo Robiola, que ha sido el gestor de la banda de música de la Escuela de Aeronáutica y es actual director de la Banda Sinfónica provincial. Anterior a él fue dirigida por el maestro Martinelli (Miguel Angel), de Santa Fe, de trayectoria muy importante, que logró un nivel artístico bastante elevado.
Debemos reconocer que a Alfredo Goirán se le debe el mérito de haber formado a la mayoría de los músicos. Me consta no solo como Director de Cultura sino como vecino pues escuchaba diariamente la preparación de los alumnos que don Alfredo hacía con una constancia y dedicación admirables.
Fue un factor preponderante que evitó la dispersión de los músicos de la banda trabajando incansablemente en su tarea de formación durante muchos años. Podrá tener alguna limitación en cuanto a capacidad artística pero como entrega, como valor humano, es admirable su tarea, por ello la banda le debe mucho, lo mismo San Francisco, en esa tarea de formación y por haber coadyuvado con todas sus fuerzas para que la banda se mantuviera integrada y durante muchos, muchos años. Todo ese tiempo fue mérito suyo la existencia de la banda en una actitud de humildad muy significativa. En esa época cobraban los integrantes con dinero en efectivo y él, para evitar que ellos perdieran tiempo en su trabajo para retirar ese dinero, lo cobraba y llevaba todos los sobres en una caja de madera a la hora del ensayo a la noche. Recuerdo que en una ocasión fue asaltado y recibió un fuerte golpe en la cabeza. Los Goirán formaban una familia de músicos, eran varios hermanos que integraban la banda y se ayudaban. Actualmente dos de ellos la integran. Es una tradición de familia la banda de música para los Goirán, lo hacen realmente por cariño y lo mismo ocurre con los demás integrantes. No se puede decir que forman un grupo profesional pues los sueldos son bajos, simplemente que lo hacen porque desean que la ciudad cuente con su banda y realizan su esfuerzo con gusto y vocación.
La Academia Municipal de Bellas Artes, fue creada por iniciativa del Dr. Raúl Villafañe en 1938, siendo su primer director Miguel Pablo Borgarello, que le dio características personales muy definidas a la enseñanza. Al poco tiempo una alumna termina la preparación de la academia y pasa a ser su esposa y ayudante, Elisa Damar y ambos se entregan plenamente a la tarea docente durante muchos años. De este modo la juventud de San Francisco y gente madura también tiene oportunidad de aprender dibujo, pintura y grabado, dirigidos por estos relevantes artistas que se destacaron no solo en pintura sino también en escultura. Se debe a ellos el monumento a Iturraspe, a la Madre en plaza Vélez Sarsfield, al Sembrador en Porteña y en Morteros a la Colonización. Borgarello también es autor del monumento al Indio Bamba (personaje del poema de Ataliva Herrera), cuya réplica se entrega ahora como premio a la labor televisiva más descollante.Ha sido maestro de muchos pintores de San Francisco, si bien hubo muchos autodidactas. Pasó también un ceramista notable como Leo Tavella. Entre los autodidactas se destacan Domingo Alberto, Rubén Canelo, Juan Carlos Bolea. El matrimonio Damar-Borgarello estuvo al frente de la Academia hasta el año 1970 quedando luego interinamente a cargo una alumna, Belkis Perassi, conjuntamente con Pierina Perfumo de Malatesta. Al renunciar la Srta.Perassi se llama a concurso y lo gana Graciela Paolasso de Quaglia que accede a la dirección. Al renunciar la ayudante se convoca a otro concurso y ocupa ese lugar Juan Carlos Bolea. Posteriormente éste renuncia y se hace cargo de la ayudantía Rita Rossiano de Arnoletto que es la actual directora de la Academia. Al renunciar la Sra. de Quaglia, actualmente colabora el pintor Esteban Olocco, que expuso varias veces en salones nacionales y es muy representativo del quehacer pictórico de San Francisco. Tal vez sea el pintor que más reconocimientos oficiales ha alcanzado en toda la historia del arte de la ciudad.
En julio de 1976 se crea una Comisión Honoraria de Acción Cultural con el fin de estructurar lo que entonces se llama Dirección Municipal de Cultura. Se seguían lineamientos del Poder Ejecutivo nacional que había expresado a través del Ministro de Educación y Cultura que en el área se habían detectado fundamentalmente trastrocamiento de valores e infiltración ideológica. Para cumplir los objetivos de saneamiento dentro del área cultural se integra esta comisión que tenía entre los objetivos la evaluación de la situación de todos los elencos y dependencias de la Dirección Municipal de Cultura y sugerir al Departamento Ejecutivo municipal las reformas o los cambios necesarios para conseguir un funcionamiento más adecuado a los requerimientos. De la tarea de esa comisión que entró a estudiar la situación particular de cada elenco surge como consecuencia la necesidad de ir redimensionando el área tratando de conseguir una mejor operatividad en cada una de las escuelas y elencos, sobre la base de que los elencos tenían que desarrollarse con las disponibilidades reales en cuanto a presupuesto y elementos humanos que se podía contar en una municipalidad como San Francisco.
Lógicamente toda mutilación, toda reducción es dolorosa pero indiscutiblemente fue necesaria, Así se tuvo que aconsejar prescindir de la Escuela Municipal de Canto, organismo muy acreditado y que poseía a su frente a Pramasio Muñoz, un profesional destacado a quien San Francisco debe mucho, que desarrolló un ciclo muy interesante a través de la escuela y con los grupos de percusión y orquesta juvenil. Lamentablemente en el momento de la evaluación de esa escuela había muy pocos alumnos inscriptos por lo que no se justificaba la mantención de ese organismo por razones económicas.
También existía en ese momento la Escuela Municipal de Idioma Inglés que se había creado en la administración anterior, tratando de dar ubicación a un empleado municipal que si bien no tenía el título de profesor de inglés habilitante tenía muy amplios conocimientos del idioma. Se entendió que eso significaba crear una falsa expectativa porque si bien se la denominaba Academia no estaba estructurada como tal ni había un control ni una enseñanza orgánica del idioma. Se aconsejó que para el año siguiente se instrumentara simplemente un curso de idioma inglés como tarea complementaria de la biblioteca pública municipal entendiendo que se le daba un nombre más apropiado al tipo de tareas que se estaba desarrollando, tratando fundamentalmente de que la comunidad no tuviera una imagen errónea de lo que se estaba haciendo y entendiendo siempre que la única forma de actuar educativamente es llamando a las cosas por su nombre y salir en todas las instancias con la verdad como norma indiscutible.
Otro de los organismos que funcionaba en ese momento era un grupo juvenil de teatro. También se entendió que no se justificaba que junto a una escuela de teatro se desarrollara paralelamente a ella un grupo juvenil. Además había en ese momento muy pocos alumnos y por lo tanto no se justificaba la presencia de un profesor en un grupo tan reducido que podía asimilarse a la otra escuela. Por otra parte en la otra escuela el cargo de director estaba vacante ya que ese año no se había contratado un instructor. En esa instancia se procede a un concurso público de antecedentes y se contrata a un profesional de Santa Fe para reiniciar las tareas en el grupo. Aquí tampoco se podía hablar de escuela ya que no estaba estructurada para ello, se trataba simplemente de un grupo que seguía un curso de introducción al teatro con el objetivo final de montar una obra demostrativa del trabajo de aprendizaje que se venía realizando. Ese grupo trabajó con dedicación casi un año y medio y llegó a tener lista una obra para ser estrenada. Lamentablemente por problemas particulares del conjunto hubo que suspender esa actividad cuando se daban las condiciones como para formar un conjunto estable o algo similar.
Una iniciativa que fue quedando en el camino fue el teatro de títeres. A raíz de un curso realizado en 1971 se creó un taller de formación estética infantil en base al títere como consecuencia de un curso teórico práctico que se había realizado para capacitar a docentes, principalmente en el manejo de los títeres. Ese curso estimamos que fue muy positivo pues capacitó a maestras de distintas escuelas y como consecuencia práctica es que se formó este taller municipal que trabajó con chicos de nivel primario y consiguió como tarea final integrar el Teatro “El Barrilete” que hacía funciones de títeres en centros vecinales de distintos barrios, escuelas, una tarea muy creativa, con libretos de los mismos integrantes, incluso confeccionaban los títeres y el mismo retablo para las funciones se había hecho como tarea complementaria dentro del taller de formación estética. Fue una tarea muy linda, muy positiva, que se abandonó en la administración anterior y ese mismo taller se transformó en taller de manualidades. Cuando la Comisión Honoraria de Acción Cultural debió hacer la evaluación de ese taller, aconseja el cierre, pues las manualidades, que se enseña en todas las escuelas no agregaban nada al enriquecimiento cultural de los niños, es por eso que se prescinde también del taller de manualidades.
En la comisión evaluadora estaban Jorge Carlos Giaveno, Isabel Ferrero y Héctor Bessone, estos últimos docentes de enseñanza secundaria y del profesorado del Instituto Inmaculada Concepción.
Surge como iniciativa de personas vinculadas al centro de profesores de Historia la necesidad de creación de un centro documental o Museo Histórico Regional que se concreta también a fines de 1976 con la creación de una comisión municipal específica integrada por egresados del Instituto Inmaculada Concepción que tiene a su cargo la tarea de ir recogiendo los testimonios y elementos de valor histórico destinados a la integración del futuro Museo que es uno de los planes que tiene esta municipalidad desde hace mucho tiempo y que nunca había podido concretar por carecer de un local adecuado. Felizmente con la nueva construcción del edificio destinado al desarrollo de las actividades culturales se prevé ambientes destinados a la instalación del museo. Entonces la labor de esa comisión del centro documental cobra una dinámica de mayor interés y se está trabajando desde esa época hasta el presente y ya se han recogido numerosos testimonios que oportunamente se van a seleccionar para integrar el museo.
Dentro de la tarea de esa comisión cuya tarea de reestructuración se cumplieron en esa primera etapa, se advierte a nivel del Departamento Ejecutivo municipal que el área Cultura estaba efectivamente sobredimensionada y surge así como conclusión, como criterio dominante, la necesidad de trabajar en el futuro sobre posibilidades reales, no crear falsas expectativas y fundamentalmente entender que una dirección municipal de cultura, antes que transformarse en un ente promotor de espectáculos artísticos, como en alguna época se había entendido, debía tender a crear las condiciones, o las bases para la creación de una cultura artística popular y debía realizarse por intermedio de las escuelas y elencos de arte que existiendo desde algunos años habían demostrado a través de un desarrollo sostenido de que efectivamente atendía las necesidades manifiestas y que se justificaba que la municipalidad local los siguiera apoyando.
Existía también como resultado de una iniciativa de la administración anterior, un organismo denominado Liceo Municipal de Danzas Clásicas. Cuando la comisión inicia sus tareas de redimensionamiento del área advierte que ese organismo no llenaba los requerimientos mínimos en cuanto a calidad y seriedad de la enseñanza por cuanto era desarrollada la tarea por una persona que no acreditaba título habilitante, ni antecedentes válidos para suministrar enseñanza. Entonces se procede a un llamado a concurso, se le cambia la denominación al organismo que pasa a llamarse Escuela Municipal de Danzas Clásicas y se contrata a una persona que acreditaba antecedentes para un desarrollo más eficiente de la enseñanza, en cuanto a trayectoria y calidad. La Sra. Piedra de Del Barco (Graciela) trabaja dos años y medio al frente de la escuela. Luego por razones particulares se retira. Se intenta conseguir la contratación de otra persona en escuelas de Córdoba o Santa Fe. Lamentablemente no se logra personal y ésta actividad queda en suspenso. Además, el saldo de alumnos es muy pequeño y hay en la ciudad varios establecimientos en esa rama de la enseñanza, lo que hace decidir que un pequeño número de alumnos no justificaría la apertura de la escuela, por lo que se decide prescindir de este organismo.
Vamos a hacer referencia a un proyecto fundamental que es la construcción del edificio destinado al Departamento de Acción Cultural como ahora se lo denomina, pues a raíz del redimensionamiento del área se cambió también la denominación de la antigua Dirección Municipal de Cultura y este nuevo nombre trata de dar la imagen también de la dependencia del departamento dentro de la secretaría específica que es la Secretaría de Gobierno, Asistencia Social y Cultura, dándole también la jerarquización que corresponde al ámbito de las estructuras de la municipalidad. Justamente dentro de ese reconocimiento de la importancia de la acción cultural que debe promover la municipalidad de San Francisco, se entiende que ha llegado el momento de crear la infraestructura edilicia adecuada al funcionamiento de todos los organismos dependientes del área. Surge un aporte de una institución de servicio que hace el proyecto y en un terreno que había adquirido oportunamente la municipalidad se está construyendo actualmente el edificio destinado al departamento de acción cultural que comprende las salas de ensayo para las diversas escuelas y elencos, las dependencias administrativas y espacios para el Museo Histórico Regional y la Biblioteca Pública Municipal, salas para el dictado de los cursos ilustrativos y complementarios correspondientes y fundamentalmente el Auditorio que va a funcionar como teatro, sala de proyecciones y de las múltiples actividades que pueda requerir el departamento.
Lo fundamental es que permitirá un trabajo orgánico, terminando con los problemas crónicos de continuos traslados de los elencos a distintos edificios, alquilados o cedidos a veces generosamente por vecinos de la comunidad para que funcionen como locales de ensayo y no tenemos ninguna duda, confiamos, que a través de esta jerarquización que se da así por un acto demostrativo de la sensibilidad de quienes en este momento están realizando la administración municipal por el tema cultural, se pueda lograr ese afianzamiento que ha sido el objetivo compartido por toda la gente que viene trabajando junto a nosotros desde los orígenes de la creación de la Dirección Municipal de Cultura desde abril de 1967.
Confiamos, en consecuencia, que a partir de la inauguración del edificio comienza realmente la etapa orgánica para el desarrollo cultural de San Francisco con el aporte fundamental de los elencos que se han ido integrando a través de todos estos años y fundamentalmente con el apoyo de la gente que nos viene acompañando a través de todo este proceso. Es el mejor estímulo para quienes realizan esta tarea, que uno hace siempre pensando que una comunidad como la nuestra merece el esfuerzo en ese sentido, porque es indiscutible que el desarrollo armónico de la comunidad merece todo el aporte, todo el apoyo que puedan brindar no sólo los nativos de esta ciudad sino la gente que llegando de otros lados se identifica con los objetivos de una comunidad, que no solamente ha sabido destacarse en el plano de las realizaciones materiales sino que ha sabido dar lugar a las cosas del espíritu”. San Francisco, 17 de junio de 1979.
Táctica… o
“De los sucesos en que se vieron envueltos y como se desenvolvieron” –Parafraseando a Les Luthiers (admirados contemporáneos de la eclosión lugareña)
La Comisión de Cultura
El comisionado Lamberghini designó para integrar dicha comisión a Mateo Pistone, Adolfo Zamboni Ledesma, Alfredo Vallini, Adolfo Cometto, Joaquín Guillermo Martínez, Héctor Bessone, Aníbal Álvarez y Alvarez, Miguel Pablo Borgarello, Elvira Blanzari, Celi Scocco, Nilsa Perrachione, Norma Navarro, Silvia Rolfo, Benjamín Barello, Rubén Canelo, Nildo Vignola, Juan C. Bolea y María E. Uriburu, por resolución 192-85/67.
Se dispuso habilitar parte del viejo edificio comunal – bulevar 9 de Julio y Avellaneda- como sede y asiento de las actividades que estaban e iban llegando. Nació así el Salón Municipal de Cultura (resolución 383-47/67 del 4 de Julio de 1967).
Pistone, que presidió la Comisión citada “ut supra”, apuntó en el acto inaugural a una situación que a casi medio siglo invita a reflexionar: la cuestión del federalismo en materia artística, expuso que a pesar de nuestro relumbrón económico los gobiernos provinciales nos mantenían huérfanos de los beneficios espirituales, sosteniendo elencos, museos y demás manifestaciones en otros centros, particularmente en la capital provincial.
Los promotores del Desarrollo Comunitario
En lo que concierne a los aludidos Promotores del Desarrollo de la Comunidad, fueron los siguientes: Néstor Allocco, Herminio Angeletti, Eduardo Altamiranda, Leonor Bainotti, Mirta Baldessari, Raúl Ballatore, Clelia Baltar, Yolanda Beguier. Héctor Bessone, Celina Bogliotti, Rodolfo Bongiovanni, Domingo Bossio, Marta Britos, Gladys Burtin, Dominga Cabal Cullen, Aldo Chiabrando, Luis De Franceschi, Rogelio De Pascual, María T. Dolffi, Angel Malbran Díaz, Ítalo Donda, Rosa Flores de Manfredi, Aida Franciosi de Campagne, Haydée Frola, Ana María Gaido, Ada Mirta Gallo, Lucia Giacardi, Jorge Carlos Giaveno, Raúl Gioíno, Dante Giussano, Santiago Goirán, Carlos Granados, Ramona Gudiño, Lidia Lascano de Vidal, Pedro Lombardi, Julia Linetzky, Hermes Manfredi, Pacífico Menas, Guillermo Molinelli, Beatriz Orellano, Griselda Pecis, Anabel Perlo, Jorge Pfeiffer, Oscar Salas, Abel Segismundi, María E. Uriburu, Biardo Vénica, Omar Valentinis, Ana M. Videla y Marta C. Zárate.
La ceremonia final contó con la presencia del Ingeniero Rogelio Nores Martínez, Rector de la Universidad Nacional de Córdoba.
La Misión Monotécnica
Cabe consignar que la Misión Monotécnica aludida precedentemente estuvo a cargo de Arístides Bratti, siendo los docentes Arrigo Polidori y Juan R. Ponce. Poseía el apoyo de la Asistente Social Lidia Lascano de Vidal y el profesor de Educación Física Luis De Franceschi, en forma ad honores. Había una activa Comisión de Amigos que presidía Juan Reginelli e integraban, en sus principales responsabilidades, Antonio Di Monte, Maciel Martini, Miguel Sanchez, Leopoldo Savino y Luis Piturro.
Todas las voces.
Correspondió al Coro Polifónico la iniciativa primigenia en materia artística. Para ello se conformó inicialmente una comisión pro creación según resolución 336-106/66 del 26-12-66, que presidió el odontólogo Tomás Bogliotti, insistente predicador a este respecto. Como se puede observar la idea de formar un coro precedió a la creación del cargo de Director de Cultura, que se corresponde con resolución 186-79/67. Con el grupo ya en marcha se designó después una comisión Pro Coro Polifónico Municipal el 7-11-67, por resolución 452-116/67. Su Director fundador fue Jorge Kohout, que en ese entonces estaba a cargo de los Niños Cantores de la Dirección de Escuelas Municipales de Córdoba, lideraba los Niños Cantores de la Provincia y era docente de la Escuela Normal Superior de la docta, habiendo recorrido diversos países del Viejo Mundo en gira de conciertos.
Hubo gran debut el 9 de septiembre de 1967 en el Cine Colón. El grupo vocacional mixto tenía 82 voces. Su primera canción fue “L’Hereu Riera”, en versión de Pedro Costa, un tema tradicional catalán.
Lo integraban:
Sopranos: Betty Balkenende, Hebe Trecco, Noemí Blengini, Blanca Blom, Mirta Castellano, Marta Chalio, Ana María Donda, Mirta Ferrero, Hilda Gianoglio, Delia González, Beatriz Grau, Blanca Heredia, Hilda Huter, Leonilda Miretti, Graciela López, Alba Lucatto, Susana Macchieraldo, Ana Mari, Silvia Patrignani, Ofelia Chana, Norma Quinteros, María Luisa Rodríguez, María Isabel Salas, Olga Fassi, Amada Sangiorgio, María Rosa Terraf, Herminia Varela, Mónica Videla y Beatriz Villarreal.
Contraltos: Nora Ferrero, Susana Alonso, Celina Baggio, María del Carmen Bazzani, María del Rosario Bazán, Zulma Bogliotti, Beatriz Carlos, Amalia Cena, Estela Recondo, Adriana Gómez, Graciela Ferreyra, Susana Carlos, María Elena Giletta, Clelia Alberto, Liliana Lucarelli, Graciela Lucarelli, María Ester Peralta, Edelweis Risso, Marta Rodríguez, Mirta Scocco, Amelia Serra, Eva Verra y Mavis Bearzotti.
Tenores: Arturo Baravalle, Guido Bianchi, Tomás Bogliotti, Eladio Canelo, Wildo Capello, Luis Galoppo, Raúl Giménez, Luis Giovagnorio, Angel Gioino, Víctor Giner, Edgar González, Juan Carlos Yürgens y Héctor Maidana.
Bajos: Hugo Abbá, Miguel Angel Alessandria, Carlos Bazzani, Geraldo Bauer, Carlos Benci, Ciriaco Caggiano, Juan Luis Fornero, Horacio Giagischia, Roberto Griffa, Roberto Heredia, Carlos Montiel, José Rivas, Miguel Rodríguez, Oscar Salas, Federico Scocco, Florentino Verrúa y Mario Venturelli.
La preparadora era Adriana Gómez, directora de coros y docente cuyo centro de formación fue la entrerriana ciudad de Nogoyá.
Ella fue también creadora y directora de la Agrupación Coral Juvenil de San Francisco, de vida discontinua, siendo además docente y ayudante fundadora del Coro de Niños.
Al año siguiente, 1968, asumió al frente del Polifónico el maestro santafesino Rubén Guarnaschelli.
Era violoncelista de la Sinfónica de Santa Fe, integró el Coro Juvenil de esa ciudad y fundó la Agrupación Coral Beethoven y el Cuarteto Vocal Santafesino. A posteriori fue Director Superior de Coro, recibido en la Universidad Nacional del Litoral y hasta su jubilación viajó semanalmente desde Santa Fe.
Con el nuevo liderazgo la audición inicial en San Francisco fue el 8 de Septiembre de dicho año en el Cine Mayo. En 1969 el grupo brindó su primer concierto sinfónico coral en idéntico escenario, con Blanca Blom al piano. Abordaron el Salmo 117 de Telemann, de Bach el Aria y Coral Final de la Cantata 147 y “La Alfajorera” de Almirall y Piccone, interviniendo Raquel Gollan como cantante solista.
Blanca Blom era egresada en 1963 del Conservatorio de Música Alberto Williams de nuestra ciudad con Primer Premio y Medalla de Oro. Venía de ser cantante del coro, luego sería sucesivamente pianista, preparadora, subdirectora y finalmente lideraría el grupo al retirarse Guarnaschelli, como correspondía hizo todo el “cursus honorum”.
A partir del 6 de septiembre de 1969 tuvieron lugar los festivales corales, que por mucho tiempo se concretaron bajo la denominación de “Primavera Musical”. Me adelanto al relato consignando los elencos que participaron hasta 1983:
Polifónico de San Francisco, de Niños de San Francisco, Denak Bat de Villa María, Agrupación Beethoven de Santa Fe, Amigos de la Música de Santa Fe, Polifónico de Villa María, Polifónico de Río Cuarto, de Cámara de Rio Tercero, Polifónico de Santa Fe, Juan S. Bach de Formosa, Niños de la Dirección de Complementación Educativa de Córdoba, Niños Cantores de Mendoza, Instituto Goethe de Córdoba, Ars Nova de Santa Fe, Agrupación de Arroyito, de Roque Sáenz Peña (Chaco), Comunal de San Vicente, Juvenil de San Francisco, del Inst.Inmaculada Concepción de San Francisco, del Inst. del Profesorado de Catamarca, del Teatro Rafael Aguiar de San Nicolás (Buenos Aires), Kuntur de La Rioja, de La Banda (Santiago del Estero), de Gálvez, de Cámara Juvenil de Santa Fe, de la Alianza Francesa de Capital Federal, Lorenzo Perosi de Ituzaingó, de Mercedes (Buenos Aires)Giuseppe Verdi de Córdoba, Femenino de San Justo (Bueno Aires), Gregor de Córdoba, Julia Pardini de Belo Horizonte (Brasil), de Las Rosas (Santa Fe), Estable de Fray Luis Beltrán (Santa Fe), Estable de Rosario, de Santiago del Estero, Pablo Casals de Rosario, Escuela de Canto de Mar del Plata, de Adrogué (Buenos Aires), Municipal de Carlos Paz, de Reconquista (Santa Fe), Universitario Independiente de Santa Fe, Estable de Santiago del Estero, de Cámara de La Francia, Parroquial de Marull, Polifónico de Devoto, de Niños del Ateneo IES de Carlos Paz y Coros Escolares de la ciudad.
Ese mismo año el Polifónico participó del Concurso Latinoamericano de Coros de Tucumán, prueba exigente para una formación novel que ante jurado, público y colegas, interpretó un repertorio ecléctico, con pautas impuestas y sin interrupciones, hasta el cálido aplauso final.
Su composición fue siempre heterogénea. A ello aludió Juan C.Brook, en La Voz de San Justo (27-11-1979) bajo el título de “Pampa Gringa”:
“Expectativa en Santiago del Estero. Llegaba el ómnibus con el Coro Polifónico Municipal de San Francisco. Es decir gente de la “pampa gringa”. Gente de esta heredad santafesino-cordobesa donde se ha producido el feliz connubio de inmigrantes y nativos. Los circunstantes descontaban la presencia de los mocetones de guedejas áureas y rostros rubicundo, proyección explicable de sangres itálicas, teutónicas, helvéticas, francas, bajando allí en medio de una concurrencia con clara y natural hegemonía del morochaje. Y comenzaron a bajar las esperadas imágenes, con “pigmentación de trigo”: Abregú…Palomeque…Tejeda… Ya vendrán, se decían entre sí, los santiagueños, ante esa inusitada inicial sucesión de “radiografías con ojos”, como expresó alguien. Y vinieron: Montiel, Requena, Navarro, otro Palomeque, Castañares… Y así siguieron bajando en Santiago del Estero los “rubios” exponentes de la “pampa gringa”.
El Coro Municipal Niños Cantores de San Francisco fue creado por decreto 516 – 113/68 del 20 de mayo de 1968. Su Director fundador fue también Jorge Kohout. Alumbró el 6 de septiembre de ese año en el Cine Mayo. Su primer tema fue “Haec Dies”, de Ravanello.
Conformaban el grupo:
Primera voz (Niñas): Aimar Norma, Angeletti Mónica, Artaides, Gladys; Bruno, Susana: Casas, Estela; Doliani, María Ester; Elias, Sara; Escudero, Beatriz; Facello, Cristina; González, Stella; González, Viviana; Gudiño, Liliana; Molina, Olga; Molina, Perla; Nasi, Susana; Nicolini, Olga; Prigioni, Beatriz; Roasso, María Cecilia; Saavedra, Norma; Salomón, Lidia; Salvático, Catalina; Viotti, Emma.
Primera voz (Niños): Birolo, Jorge; Boaretto, Eduardo; Carreras, Francisco; Felizia, Miguel; Lavayen, Jorge; Traverso, Ricardo.
Segunda voz (Niñas): Acquavita, Liliana; Amongero, Adriana; Camusso, María E.; Durruty, Norma; Hermanzon, Marta; Losada, Laura; Macagno, Alicia; Macagno, María Anita; Piacenza, Liliana; Roasso, María Selva; Rodrigo, Marilin; Scocco, Ana María; Soria, Isabel; Tórtolo, Marta.
Segunda Voz (Niños); Alberto, Jorge; Bianchi, Edgardo; Bruno, Juan Carlos; Cornier, Oscar; Garófolo, Julio; Gemo, Roberto; Lucarelli, Alejandro; Salas, Jorge; Salas, Oscar; Tabares, Pablo; Tusoli, Sergio; Valiente, Rubén.
Tercera voz (Niñas); Aimaretti, Graciela; Alberto, Edith, Bagnarelli, Liliana; Bogliotti, Amelia; Bracamonte, Noemí; Busso, María Elena; Chiarotti, Alicia; Fassi, Myriam; González, Adriana, Grosso, Susana, Macchieraldo, Graciela; Navarro, Beatriz; Quaranta, Liliana; Rochetti, Silvia; Zarranz, Liliana.
Tercera voz (Niños): Bosio, José Luis; Bruera, Rubén; Luna, Sergio; Paveglio, Raúl; Pisani, Juan; Pisani, Luis; Tabares, Ricardo; Verra, Rubén.
- Guido Bianchi, otro dentista cantor, manifestó su admiración y dedicó al maestro su poema “Los Niños Cantan”:
“Los niños cantan desde el cielo/de la luz, la esperanza y la dulzura; /una espiral sonora se abre en vuelo/hasta inundar el aire de ternura. / Un algo – ¿espina o beso?-hiere el alma/con idioma de asombro. Nace un mundo: /estrella, flor, cristal, amor y calma; / un sentirse vivir total, profundo. / En la inocencia de la gloria pura, / un milagro sin sombras ni amargura; /es el bien, el amor, es el consuelo. / Todo el aire es de paz y de ternura. /Es que los niños cantan desde un cielo/ que es de luz, de pureza, de dulzura”.
Finalmente juzgo oportuno agregar que se dotó a los coros de 8 gradas de madera con capacidad para 120 personas. Con extendidas horas de tarima puedo dar fe de su importancia.
La Escuela Municipal de Canto se plasmó por decreto 815-68/69, siendo puesta bajo la dirección del maestro santafesino Pramasio Muñoz, Profesor Superior de Música y Canto, egresado del Instituto Superior de Música de Santa Fe, con rica trayectoria como solista de ópera. Debutó el 12 de diciembre de 1969 en el Cine Mayo.
Allí tuvieron su bautismo de fuego Raúl Giménez, Hugo Espasandin, Víctor Giner, Tomás Bogliotti, Juan C. Jurgens, María del Carmen Bazzani, Blanca Heredia, Hebe Serra de Tarasco, Ciriaco Caggiano y Juan Carlos Vázquez. Fueron pianistas Blanca Blom, María Graciela Ardid y Norma Nicolini.
Es dable destacar que un notable intérprete lírico a nivel mundial como Raúl Giménez pasó por las filas del Coro y la Escuela de Canto e hizo años después oportunas devoluciones, que suelen ser frecuentes en afectos pero no tan comunes al pasar a las acciones tangibles. El 2006 fue único protagonista de la velada de gala del 25 de Mayo en el Teatro Colón de Buenos Aires, difundida por Canal 7 y Radio Nacional.
Asimismo Muñoz creó un grupo instrumental de percusión y un conjunto instrumental juvenil.
Lo mejor de lo nuestro
En materia de danza vernácula, se advirtió que en sus inicios la Intervención Federal en Córdoba intentó ofrecer a San Francisco espectáculos de envergadura.
Así organizó el Primer Festival Folklórico y Malambo de San Francisco en 1967. Ante una multitud reunida en el Centro Cívico, estimada en ocho mil personas, cantaron Hernán Figueroa Reyes, María Helena, Daniel Toro, Cesar Isella, Las Voces Blancas, El Chango Nieto y los Cantores de Quilla Huasi.
También Mercedes Sosa, que interpretó Zamba del Chahuanco, El Cachapecero, Tristeza, Canción del derrumbe indio y Canción para mí América.
El certamen de malambo se lo adjudicó el joven José Alberto Carballo.
Luego el gobierno municipal creó la Escuela Municipal de Danzas Folklóricas, puesta bajo la dirección de Norma Navarro, que inició actividades en la Escuela Iturraspe, ajustándose a decreto 816-68/69. En los considerando del mismo se expresó que debía hacer lo necesario para formar conciencia sobre nuestras tradiciones nacionales, con la debida información sobre música, cantos y danzas nativas. Ese conjunto de conocimientos, se decía, daba la imagen de las modalidades y costumbres del país, personalidad que es la esencia misma de nuestras propias peculiaridades. Su iniciación se efectivizó el 10 de noviembre de 1969.
Las danzas interpretadas fueron: El sereno, El Cuando, La sajuriana; Los Amores; El Palito; Mariquita; Pampeana; La Huella; El Ecuador, Malambo; Las golondrinas, La chamarrita, La Palomita; Valseado correntino, Baguala, El bailecito y finalmente la Procesión del Santito. Fueron copartícipes del espectáculo Hugo Pininger (arpa) y Juan Carlos Borettini (guitarra).
Integración: Lucy Leyes, Néstor Villarreal, Gabriela Moreno, Julio C. Ríos, María Aimaretti, César G.Isella, Amalia Flesia, Raúl Martínez, Viviana Viotto, María G. Sticca, Gerardo Sanmartino, Domingo Pérez, María Rosa Ferreyra, Adrián Bonavita, Stella Loza, Mario Maggias, Adriana Córdoba, Juan José Pérez, Raúl Martini, Marcela Luque, Sergio Ludueña, María E. Alberto, Oscar Casas.
Blas Massafra estuvo a cargo de la coreografía y Betty Scassa de las glosas y el recitado. El montaje y Dirección General lo realizó Norma Esther Navarro. Nabor Ríos, Presidente de la Cooperadora, recibió una conceptuosa nota del Intendente Lamberghini felicitándolo por el “brillante éxito, consecuencia de la laboriosidad y espíritu de solidaridad evidenciado” en la faz organizativa. En octubre de 1971 hizo su primera salida relevante participando en el Festival Nacional Infantil de La Cumbre. Al año siguiente, en una nueva edición de dicho evento, obtuvo el trofeo Challenger, como Premio a la Mejor Delegación de Academias entre 41 participantes. Logró además el primer premio en Malambo de contrapunto y el segundo lugar en Instrumentista. Norma Navarro nació el 13 de marzo de 1933, era Profesora de Danzas Nativas según título otorgado en 1955 por el Instituto que dirigía Andrés Chazarreta y tuvo en la ciudad una academia local, que homenajeaba a dicho maestro entre 1956 y 1964. Junto a Blas Massafra creó el Ballet de Cámara de San Francisco en 1961 y el Ballet Folklórico “Jheriva”. Para 1963 había ganado por concurso la posibilidad de bailar en Cosquín y se presentó con el Ballet de Cámara de San Francisco en Santiago del Estero. Al año siguiente hizo una gira nacional con Los Fronterizos.
¡A leer!
Otra remarcable iniciativa fue la Biblioteca Pública Municipal, según decreto 725-323/68, habilitada el 5 de abril de 1968. Se adquirieron libros en Editorial Assandri y el diccionario enciclopédico Espasa Calpe, que constituyó la base. Llegó a contar con más de mil ejemplares dedicados a Historia y Arte. Comenzó a funcionar en el subsuelo del Palacio y con el tiempo agregó textos de filosofía, ciencias sociales y de la educación, tecnología, música y geografía en ediciones modernas y actualizadas. Más adelante, recibió un valioso aporte del Centro de Profesores de Matemática que presidía Miriam Paviolo. Antes de su entrega en años posteriores al Centro Cultural, su bagaje era de más de 1700 volúmenes, con suma variedad de contenidos.
El Museo
Asimismo el 7/12/68 se creó el Museo Municipal (decreto 726-324/68). Se habilitó con una exposición de obras del Museo Caraffa de Córdoba y una disertación del Padre Osvaldo Poll.
Tuvo un comienzo auspicioso recibiendo importantes donativos. Entre otros, Teresita Martinetti entregó correspondencia de época originada a finales del siglo XIX, los familiares de Chiafredo Giraudo hicieron lo propio con útiles de labranza y documentación, el arquitecto Fernando Lasalle, apoderado de Elena Iturraspe de Cané, obsequió el Juicio Sucesorio de Carlos Iturraspe y una copia de la protocolización del testamento de José Bernardo Iturraspe, Fausto Martino una publicación en italiano de los años treinta con fotografías de los pioneros del comercio e industria, Guillermo Bischoff una Memoria de la gestión Trigueros de Godoy en 1924,el historiador Joaquín Martínez aportó el certificado de bautismo de Iturraspe, una bala y herramientas desenterradas en Quebracho Herrado. Asimismo entregó a las autoridades municipales el acta de fundación de San Francisco. Familiares de José María Deville se desprendieron generosamente de modelos de sulky y un coche victoria, más herramientas de la que fuera una de las industrias pioneras. Su actual repositorio es el Museo Municipal.
También comenzó el Taller de Formación Estética Infantil en base a títeres, al que Giaveno hace referencia precedentemente y luego funcionó también el Teatrillo Municipal de Títeres El Barrilete, surgido de los esfuerzos primigenios de Graciela Gioino, Susana Perren y Ana María De Franceschi. Se hizo del trabajo con títeres un testimonial fílmico a cargo del Grupo Bernardo, a cuyo frente estaba Arturo Bienedell.
Las bellas artes
La primera iniciativa en la materia fue realizar el Primer Salón Nacional de Artes Plásticas, con apoyo del Fondo Nacional de las Artes, en la disciplina Grabado. El Gran Premio de Honor lo obtuvo el artista Manuel Rueda Mediavilla con su obra “Danza de los enigmas”.
Como se dijo, por resolución 368-67 del 2.5.67 la Academia Municipal de Bellas Artes, que funcionaba autónomamente, pasó a ser supervisada por la Dirección Municipal de Cultura y se transformó en Taller Municipal de Artes Visuales. Estaba a cargo Belkis Perassi. Se adquirió una prensa de grabado (tórculo) a un artista de Unquillo y el 01-07-68 se inauguró el Taller de grabado, a cuyo frente estuvo el plástico Benjamín Barello, todo lo cual se sumó a un movimiento artístico local que pasaba por un buen momento.
A conservar el Conservatorio
Se logró la creación del Conservatorio Provincial de Música, trámite que inició la comuna local y logró la favorable acogida del Director General de Enseñanza Secundaria y luego de la Secretaría Ministerio de Educación y Cultura Provincial, por decreto 4587/67/E. Posteriormente se llamó “Arturo Berutti” (Decreto 5633-71).Comenzó a funcionar el 4 de julio de 1968, en el salón donde hoy se ubica el Museo Municipal. Tuvo como Directora inicial a Elvira Blanzari.
Docentes fundadoras resultaron Elvira Gigena, Graciela Ardid y Norma Nicolini, siendo los primeros cursantes: Adriana Lanzetti, Cristina Bergero, Patricia Ontivero, Alejandra Bruza, Elsa Graziosi, María Dolores Morbidoni, María Inés Macagno, Julio Molinelli, Ana María Scocco, René Barovero, Ofelia Hang, Mirta Scocco, Laura Felissia, María Anita Macagno, Luis Nicolini, María Rosa Martini y Lelio Pire.
Había una cooperadora con 96 socios, 45 de los cuales sólo tenía ese carácter para apoyar la iniciativa. Encabezaba la misma Inés Dupertuis de Hang.
Las actividades dieron inicio con la cátedra de piano. El 1 de julio de 1969 asumió la dirección Elvira Gigena Perillo, habiéndose creado también (07-04-68) la cátedra de guitarra, responsabilidad de Walter Heinze y Héctor Farías que provenían de Paraná y poseía 33 inscriptos. Los docentes provenían de la capital entrerriana, cruzaban el Paraná en bote (porque la balsa funcionaba a partir de las 9 y obviamente el túnel no existía) y luego tomaban el colectivo a San Francisco. El primer egresado fue Sergio Racca.
Posteriormente se remodeló y adaptó el local de Bellas Artes en Plaza Vélez Sarsfield para que los cobijara.
En otras carreras que se sucedieron las primicias fueron para Luis Anselmi en Canto, Silvana Broda y María Elida Bauducco en el Profesorado Superior de Piano y Rosanna Monina egresada del Prof. Superior de Guitarra.
Se mueve la escena.
Avanzando en el tiempo fue creado el Grupo Municipal de Teatro, a partir del decreto 295-43/72, En la reunión constitutiva estuvieron Francisco Delzoppo, León Bordón, Humberto Torres, Oscar Bracamonte, Luis Saldivia y Rafael Palomeque. Se alzó el telón el 5 de diciembre de 1972 con “Nuestra fin de semana” de Roberto Cossa, en el Teatro Mayo. Era director Martín Cayuela Belmonte. Los personajes estuvieron a cargo de Raquel Comba, Emilia Donda de Bertea, Irene Nuñez, Marta Navarro, Rafael Palomeque, Héctor Solís, Oscar Bracamonte, Humberto Torres y Carlos Genesio.Sus integrantes provenían en su mayoría del teatro El Hornero creado en 1963 e inicialmente dirigido por María Elena de Lotti. Por su parte Delzoppo era un histórico, en el auténtico sentido de la palabra. Ya estaba en esos menesteres en Diciembre de 1928, siendo actor y director de extensa trayectoria, dándose tiempo para trabajar por su San Isidro amado, la Asociación Amateur de Árbitros y Peña La Posta.
Nuevo golpe
Llegado el 24 de Marzo de 1976 fue depuesto el intendente constitucional Mariano Planells.
Se reconoce al respecto, en ésta área, que:
“Ocupando la Dirección de Cultura el Sr. Víctor Bonomo se traslada el organismo a un amplio local, en el Bv.Yrigoyen donde funcionó una fábrica de galletitas (Tampieri). Allí se instala un teatrillo municipal, convenientemente acondicionado, donde se realiza una intensa actividad teatral. Se crea un Liceo Municipal de Danzas Clásicas y una Academia Municipal de Idioma Inglés. Se transforma el Taller de Formación Estética Infantil en un Taller de Manualidades. Se contratan, por entonces, espectáculos artísticos de jerarquía.”.
Con Carlos Dittrich y el retorno de Antonio Lamberghini
En el transcurso de la administración de Dittrich se constituyó una Comisión Honoraria de Acción Cultural, conforme decreto 22-87/76 que integró Jorge Giaveno junto a los profesores de Literatura Héctor Domingo Bessone e Isabel Ferrero . A cargo del despacho quedó Ana María De Franceschi. A partir de 1978 la jefa de despacho pasó a ser Graciela Piedra, que renunció el 5 de Mayo del año siguiente.
Casa propia y Auditorio
A consecuencia de haber tenido que restituir las instalaciones de la fábrica Galletitas Tampieri S.R.L., lugar donde se centralizaban la mayor parte de las acciones culturales, se adoptaron medidas de emergencia derivando actividades a diferentes locales.
Finalmente, se comenzó a trabajar con vista a la casa propia en el terreno adquirido a fines de 1976 para Acción Cultural. El proyecto y planos fueron aportados por el Rotary Club (Arq. Rafael Macchieraldo). Dos años después se empezó a construir y pronto concluyó la parte interior, sin la fachada. La obra redondeó los 763 m2 y permitió la radicación definitiva de Banda, Coro Polifónico, Coro de Niños y Escuela de Danzas Folklóricas, dependencias administrativas, Biblioteca Pública, Centro Documental y Museo Histórico Regional.
Para 1979 se inició el Auditorio, indispensable para el desarrollo de múltiples actividades cívicas y culturales. En su planta alta permitiría la ubicación de 250 personas, más escenario y en la planta bajo un ingreso apto para exposiciones, más sanitarios, boletería y depósito. Para un tercer nivel se reservó la sala de máquinas, con los equipos de aire acondicionado. La superficie cubierta es acá de 603 m2. y la superficie a construir alrededor de 1100 m2.
Culminó, asimismo, la refacción y remodelación del local ubicado en la Plaza Vélez Sarsfield donde funcionaron nuevamente el Taller Municipal de Artes Visuales y el recién creado Taller Municipal de Arte Cerámico.
Entre tanto José Alberto Carballo y Cristina Escudero asumieron la dirección de la Escuela de Folklore.
Habían egresado de la Escuela de Danzas Nativas de Buenos Aires y fundaron en la ciudad la Escuela Superior “El Festejo”. En 1972,1974 y 1975 como pareja de danzas obtuvieron el “Hornero de Oro” en Cosquín. En 1973 crearon el Ballet Patria con maestros y profesores de danzas argentinas.
Cristina rememoró (La Voz de San Justo del 28 de septiembre de 2008) que dictó las primeras clases a los 14 años en su casa en el barrio de los Bomberos y que la primera presentación se produjo en el Hogar de Ancianos, como Grupo Femenino Dominga Cullen. En su hogar no había equipo de sonido así que cuando ensayaba iba cantando los ritmos de las danzas y como no tenía niños bailarines hubo que vestir a las damitas de varones.
Bajo el liderazgo de ambos, no ha cesado el grupo de recibir distinciones en diferentes puntos del país y comenzó asimismo la enseñanza para Adultos que adquirió notoriedad.
Otras novedades fueron la censura a la puesta de “La Historia del Zoo” de Edward Albee y que en Plaza Vélez Sarsfield, por esos tiempos, Domingo Alberto inauguró su escultura “Juventud Constructora”.
Los años de brillante
Jubilosa y merecidamente celebró la Banda sus 75 años. El maestro Goirán recibió como obsequio por su medio siglo en la formación una justa “Distinción Municipal”.
Componían en ese momento la agrupación:
Juan Carlos Rolando, Héctor Vázquez, Emeterio Córdoba, Romano Spadari, Ítalo Goirán, Roberto Córdoba, Carlos Belizán, Vilter Chiabrando, Carlos Beltramo, Vicente Juncos, Raúl Parucia, Mario Yürgens, Cesar Giraudo, Ricardo Buffa, Darío Verra, Horacio Ortega, Andrés Giraudo, Norberto Gamba, Aldo Marengo, Roberto Podadera, Adrián Vera, Angel Goirán, Elio Squaiera, Edelmiro Canelo, Ernesto Roldán, Oscar Beltramo, Juan Quinteros y Marcelo Buffa.
Un espectáculo de relieve fue la puesta el 15-10-79 de “Don Pasquale” de Donizetti con la Pequeña Opera del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón y la presencia de Raúl Giménez. Admirado, el cronista de un diario de la docta tituló “No se ve en la ciudad de Córdoba”. Fue suceso y general regocijo de muchos que 12 escuelas de la ciudad participaran de la Primavera Musical. Para recoger se requiere sembrar primero, dicen.
Desde la comuna conformaron una nueva Comisión Honoraria de Acción Cultural que integraron Héctor Bessone, Rafael Luciano y Facundo Díaz, ajustándose así al decreto 1924-411/79 y cesando la elegida en decreto 22-87-76. Se puso en funciones el 14 de Junio de 1979. También se impulsó una Comisión Coordinadora de Organismos Culturales, necesaria para ordenar una agenda nutrida.
El Coro Polifónico viajó a Italia y España con apoyo del municipio, del Ministerio de Bienestar Social, la Secretaría Ministerio de Cultura y Educación y Aerolíneas Argentinas y de la Cooperadora, que se encargó de afrontar los gastos terrestres. En la despedida habló en nombre de la comunidad Juan Carlos Brook y actuaron todos los organismos artísticos. Participó del 27 al 31 de Agosto de 1980 del XXVIII Festival Internacional de Arezzo y cantó luego en Thiene (02 y 04-09-80) Venecia(Iglesia Santa María del Giglio, 05-09-80), Florencia (el 6 del mes citado en el cenobio de la Iglesia de la Santa Croce), Abadía de Montecassino (08-09-1980), Roma (Iglesia San Ignacio de Loyola, el 08-09-80), sus integrantes estuvieron en lugar privilegiado ante el paso de Juan Pablo II en el Vaticano – modalidad que se interrumpió cuando poco tiempo después sufrió un atentado – y en España cerró con un recital en el Colegio Mayor Argentino de Madrid, el 17 de septiembre de 1980. Era su docente de canto la artista santafesina Rosemarie Helf.
Se manifestó desde Cultura que ello fue “una incomparable experiencia de ilustración y de conocimiento, un hito fundamental para la trayectoria del elenco y un incentivo de primer orden para todo el proceso de evolución cultural que se desarrolla en el medio”.
Muerto Kohout, en el Coro de Niños le sucedieron Herbert Diehl, Adriana Gómez, Dante Andreo, Susana Viarengo, Leopoldo Román y Carlos Rivarola.
Es remarcable el denodado esfuerzo de las cooperadoras, indispensables ruedas de auxilio, que encabezaban Hugo Rosso y Myrian Tranquilli (Centro Documental y Museo Histórico- decreto 14-54/81) , Pedro Gianoglio y Hugo Ferratti en la Escuela de Folklore, (resolución 16-56/81), Coro de Niños: Teresa Uscinowicz y Silvia González (resolución 22-62/81), Viviana Venturuzzi y Angela Helfrich en el Taller de Artes Visuales (resolución 26-66/81), en el Taller de Arte Cerámico Norma Silva y Alberta Muller (resolución 31-71/81), en la Comisión para la redacción de una Historia de San Francisco Julio Fabry, (resolución 32-72/81),en Letras Mirtha Martínez y Mabel Boc (resolución 29-69/81) y Carlos Requena y Carlos Montiel en Coro Polifónico (resolución 19-59/81).
El 29 de mayo de 1982 se inauguró el Salón Municipal de Exposiciones con una muestra de la que participaron Domingo Alberto, Rubén Canelo, Oscar Cornaglia, Nelson Dezzi, Miguel Angel Hoyos, Esteban Olocco, Graciela Paolasso, María Peralta Pastoriza, Menén Rognoni, Rita Rossiano, Alcira Saldivia y Alberto Gastaldi.
“San Francisco es un oasis cultural en comparación con otros municipios, a juzgar por el apoyo que su Municipalidad brinda a todo tipo de manifestaciones culturales,” sostuvo Jorge Fernández Chiti, palabra autorizada, en el número 5 de la Revista del Ceramista y del Escultor que se editaba en Buenos Aires en Septiembre de 1981.
La gestión Dittrich-Giaveno donó los terrenos para que la provincia edificara la sede del Conservatorio Provincial de Música. Estaban ubicados en Libertad y Libertador (S) donde funcionara el viejo Mercado Municipal. En la gestión intervino sustancialmente José María Asan, entonces Presidente de la Cooperadora del establecimiento. No fue su destino final.
Desde 1978 el Conservatorio funcionaba en Rivadavia 576. Cinco años después poseía 351 alumnos y 30 en el curso inaugural. Había realizado un importante Encuentro de Conservatorios con sus similares de Bell Ville, Rio Tercero, Cruz del Eje, Rio Cuarto y Córdoba.
Reincidió el Coro. En 1983 participó, como único elenco americano invitado, de la Semana Coral Internacional de Álava (España), hizo varios recitales en la región vasca y completó el periplo cantando en Milán (Basílica de San Ambrosio, 12-09-1983) Saluzzo, (Convento de San Bernardino, 15-09-1983), Barcelona (Iglesia Santa María de Pedralbes,20-09-1983) y Madrid (Iglesia de San Fermín de los Navarros, 22-09-83), con los auspicios de la Cancillería Argentina. En esta oportunidad el municipio no apoyó la gira artística y a regañadientes la autorizó, no obstante no implicar inversión alguna de dinero. Las autoridades no asistieron al concierto despedida. Justo es destacar que Giaveno posteriormente reconoció que las actuaciones del elenco en el Viejo Mundo habían dado nuevos lauros a la actividad cultural que se auspiciaba desde el municipio.
A lo largo de los años la relación con el funcionario fue cordial. En los últimos tiempos era visible el fastidio con que las autoridades escuchaban “Romance de José Cubas” de Guastavino, con letra de León Benarós. Allí se aludía a los “montoneros” federales que habían degollado al líder unitario riojano José Cubas. No obstante explicar que se trataba de un episodio del siglo XIX, la alusión desagradaba, pese al visible anacronismo.
Tras el reemplazo de Dittrich por Antonio Lamberghini advertían desde el municipio que…”se ha heredado una administración calificada y una obra pública en ejecución, cuyas prioridades han sido variadas para ponerse a tono con los momentos de emergencia que se transitan. Se continúan las obras básicas iniciadas de canales, nuevo cementerio y de infraestructura de los lotes de los ex terrenos ferroviarios. El edificio de la Dirección Municipal de Cultura se concluye en su planta baja. La construcción del Auditorio se suspende….”
Felizmente el Auditorio se concluyó en 1989 siendo Intendente Jorge Bucco y Director de Cultura José Alberto Navarro.
Llegado el 15 de junio de 1983, por decreto 2443, se creó la Escuela Provincial de Bellas Artes, luego “Raúl G. Villafañe” cuya tramitación comenzó en la primera gestión de Antonio Lamberghini. El municipio por decreto 1085-216/83 cedió en comodato instalaciones de la Dirección Municipal de Cultura para facilitar el despegue. La directora fundadora fue Graciela Paolasso. Componían la primera pléyade de docentes Alicia Pitaro, Rita Rossiano, Lucía Torres, Anahí Vénica, José Cottani, Susana Pizzi, Jorge Lagos, Jorge Martino, Oscar Cornaglia, Carlos Magistrello y Lilian Bauer. Secretaria era Mirta Tranquilli y preceptora Alicia Rancaño. Para el Magisterio en Artes Plásticas (creado por decreto 1336) había 58 alumnos, 45 en Decoración de Interiores y un taller de expresión plástica infanto juvenil concitó la atención de 209 inscriptos.
El adiós
Jorge Giaveno pasó a ser Secretario de Gobierno de Antonio Lamberghini, tras la renuncia de Julio Fabry en la última gestión de aquél. Renunció el 9 de septiembre de 1983 según lo determinó la directiva 192 de la Subsecretaría de Asuntos Municipales. Le fue aceptada la dimisión, se le dio gracias por los servicios prestados y retornó a su cargo en la Dirección de Cultura del que estaba ausente desde el 01-03-83 sin percepción de haberes.
Con el abogado Hugo Madonna como Intendente, se desempeñó brevemente como Coordinador del Plan Estratégico (decreto 073-06) a partir del 1 de abril de 2006 hasta el 05 de Junio de ese año, en que se rescindió un contrato que en origen tenía vigencia hasta el 31-12-06. Lo expresado consta en decreto 135/06 del 20 de Junio de 2006.
Conclusión
El accionar expuesto atravesó los mandatos de facto de Antonio Lamberghini, Guillermo Peretti, Carlos Dittrich y nuevamente Antonio Lamberghini, unos doce años como responsable del quehacer oficial en la materia y puede resumirse en que se crearon los coros, el Polifónico, el de Niños, el Juvenil, la Escuela Municipal de Danzas Folklóricas, los talleres de títeres, los grupos de teatro, los conjuntos instrumentales, de percusión, la Escuela de Canto, se reestructuró la Escuela de Bellas Artes, que pasó a llamarse Taller Municipal de Artes Visuales, al que se incorporó la enseñanza del arte cerámico, se organizó la Biblioteca Pública Municipal y el Centro Documental y Museo Histórico Regional.
Por su iniciativa y con el apoyo integral de la municipalidad se logró la instalación del Conservatorio Provincial de Música en 1968 y de la Escuela Provincial de Bellas Artes en 1983, oficializándose la enseñanza de disciplinas artísticas específicas.
La meta era “proporcionar las bases para la formación de una cultura artística popular estructurándose entonces las escuelas y elencos de arte indispensables para una promoción orgánica de la enseñanza de las disciplinas que constituyen lo que se denomina Educación por el Arte”.
De allí se desprende el título del presente aporte.
He obviado la gran cantidad de exposiciones, conciertos, conferencias y demás, que hicieron a una rica cotidianeidad y sin duda obraron como caldo de cultivo.
Es justo significar que si bien las autoridades comunales cumplieron la tarea de promover, quienes han posibilitado el más que digno transcurrir son los directores e intérpretes y el excepcional esfuerzo de las cooperadoras. La dedicatoria final es para los protagonistas de esos inolvidables momentos del espíritu, renovados garantes de un suceso que se valida por la trayectoria de buena parte de ellos, con sus lógicos vaivenes. Los cometas pueden en un momento hacer ruido pero no perduran. El efecto multiplicador en la comunidad de nuestros días es innegable y la simple enumeración exime de comentarios.
Como dijo Richard Bach en “Juan Salvador Gaviota”, es
“gente que obedece sus propias reglas, porque se sabe en lo cierto,
gente que cosecha un especial placer en hacer algo bien,
gente que adivina algo más que lo que sus ojos ven,
gente que prefiere VOLAR a comprar y comer…”
Bibliografía:
Caro Figueroa, Gregorio, “A la grandeza, pasando por el cataclismo” en Todo es Historia, nº67, Buenos Aires, Junio de 2006.
Centro de Estudios Históricos, San Francisco de Hoy y de Ayer, Municipalidad, San Francisco, 1986.
Montiel, Carlos A., La música en San Francisco, Instituto Superior del Profesorado Inmaculada Concepción, Seminario nº 12 (inédito), San Francisco, 1980.
Municipalidad de San Francisco, Reseña de la obra municipal e ideas que la sustentaron, 1976-1980, San Francisco, 1980.
Municipalidad de San Francisco, Trabajando con la Comunidad 1966-1969, San Francisco, 1969.
Ruiz Guiñazú, Magdalena, Secretos de Familia, Sudamericana, Buenos Aires, 2010.
Fuentes;
Fundación Archivo Gráfico y Museo Histórico de San Francisco y la Región. Archivo de publicaciones periodísticas y fotografías de la Municipalidad de San Francisco, Relaciones Públicas, Ceremonial y Protocolo, San Francisco 1966-1986.
Giaveno, Jorge, Entrevista personal San Francisco, Junio 17 de 1969.
Giaveno, Jorge, Archivo personal 1978-1983.
Profesor Carlos A. Montiel
Centro de Estudios Históricos de San Francisco, Fundación Archivo Gráfico y Museo Histórico de la Ciudad de San Francisco y la Región, Asociación Civil Ateneo Familia Casalis- Quintas Jornadas de Historia Regional, San Francisco, 31 de octubre de 2015